En el blog Madre de Mellizos (cuyo link es este: http://madredemellizos.blogspot.com/), hallé una entrada en la cual se habla sobre Amy Chua, quien ha escrito El himno de batalla de la madre tigre. Según comenta Madre de Mellizos, Amy “en su libro explica que hay que educar con mano dura. Sin errores, ni caprichos, ni amigos. Defiende que inculcar el sentido de la competitividad y del éxito contribuye a que el niño madure más rápido. Castigar y humillar”.
He buscado información sobre Amy Chua y sobre dicho libro, y en éste, Amy comenta que las madres chinas son mejores que las madres de Estados Unidos porque las primeras no son permisivas, y explica alguna de las pautas que siguió con sus hijas:
-No dejar dormir a sus hijas fuera de casa.
-No dejarlas participar en juegos colectivos durante horas con otros niños.
-Impidió que participasen en alguna obra de teatro del colegio, y mucho menos que protestasen por ello.
-No permitió que viesen la televisión o jugasen con el ordenador.
-No dejó que ellas eligiesen sus propias actividades extracurriculares.
-Tenían prohibido sacar una nota por debajo del sobresaliente.
-Debían ser número uno en todas las asignaturas menos gimnasia y teatro.
-Debían tocar el violín o el piano. Cualquier otro instrumento estaba prohibido.
Amy Chua cita varios estudios para demostrar que las madres chinas se preocupan mucho más de la educación de sus hijos. Según ella, los niños occidentales pasan más tiempo jugando y haciendo deportes, mientras que los chinos estudian más y no entienden la enseñanza como algo divertido. Se trata de ser el mejor desde pequeño para después tener más oportunidades de mayor:
Aunque pueda sonar extraño, he ojeado fuentes que afirman que en China la educación es uno de los temas más debatidos por la sociedad, y se está luchando por cambiar la visión tradicional de la enseñanza, ya que consideran que se ejerce demasiada presión sobre los niños y las niñas desde la infancia, y dado que no promueve la imaginación y la creatividad.
De hecho, algunas de las pautas que defiende Amy Chua han creado en los/as jóvenes chinos/as depresiones e incluso odio y aversión hacia su padre y su madre. Muchas otras personas terminan abrumadas por la presión social y educativa, y acaban suicidándose.
Dicho esto, voy a tratar de rebatir algunas de las ideas expuestas por la soñora Chua:
“Educar con mano dura. Sin errores, ni caprichos, ni amigos”: Bajo mi punto de vista, Amy Chúa confunde los términos “autoridad” y “autoritarismo”, así como “libertad” y “libertinaje”.
Si consultamos el diccionario de la R.A.E, las definiciones del concepto “autoritarismo” son:
1. m. Sistema fundado primariamente en el principio de autoridad.
2. m. Actitud de quien ejerce con exceso su autoridad.
3. m. Régimen autoritario.
2. m. Actitud de quien ejerce con exceso su autoridad.
3. m. Régimen autoritario.
Fijémonos que el autoritarismo hace referencia a que el principio básico está en la autoridad, y según la definición número 2, se ejerce en exceso.
Por contra, si buscamos la palabra “autoridad”, observamos lo siguiente:
1. f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho.
2. f. Potestad, facultad, legitimidad.
3. f. Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.
2. f. Potestad, facultad, legitimidad.
3. f. Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.
Para mí, un/a buen/a educador/a ha de tener autoridad, pues no puede “tomar el mando”, no puede guiar, aquella persona que carece de autoridad. Ahora bien, esta autoridad, aunque puede conseguirse por ley o por obligatoriedad, también puede conseguirse, como indica la tercera definición, por prestigio. Un/a educador/a que consigue gustar, captar la atención, orientar adecuadamente, fascinar… a su hijo/a o a sus alumnos/as, logrará tener autoridad de prestigio. ¿¡Cuántas veces hemos escuchado decir a los niños y las niñas "esto es así porque lo ha dicho mi papá, mi mamá o mi profesor/a", y no hay forma de hacerles entrar en otra razón a menos que sea su padre, madre o maestro/a quien se lo diga!? Porque los niños y las niñas, cuando comienzan a explorar y subsisten gracias al aprendizaje, se maravillan ante todo ser humano que les enseñe, que les guíe ante el mundo y les dé luz.
Cierto es que podemos conseguir autoridad si vamos tras la gente apuntándoles con un arma… pero en el momento en el que perdamos el arma, habremos perdido la autoridad y, muy probablemente, aquella persona a la que henchimos de miedo, se vuelva contra nosotros/as. Sin embargo, si logramos acaparar la autoridad mediante el prestigio, tendremos autoridad siempre.
Asimismo, podemos divisar que “libertinaje” hace referencia al “desenfreno en las obras o en las palabras”; mientras que la “libertad” consiste en:
1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
2. f. Estado o condición de quien no es esclavo.
3. f. Estado de quien no está preso.
Cuando Amy Chua hace referencia a “educar sin errores, ni caprichos, ni amigos”, he de decir lo siguiente:
Sin errores: Todo ser humano yerra. Como dijo Jesús de Nazaret, “que tire la primera piedra quien esté libre de pecado”. Es totalmente lógico que los niños y las niñas cometan errores, pues son, al igual que las personas adultas, seres inacabados, que necesitan que alguien les guíe en el mundo para poder saber qué está bien y qué está mal, qué es bueno para ellos/as y qué es malo.
Hay que tener en cuenta cuál es la acción que ha cometido el niño o la niña: si se trata de que éste/a ha pegado a alguien, lógicamente es “un error” que hay que enseñarle que está mal, por qué motivo, y enseñarle que toda acción tiene consecuencias (aunque hasta antes de los 6-7 años apenas nos comprenderá, según Jean Piaget, pues no es hasta alrededor de los 7 años cuando desarrolla la conciencia moral). Ahora bien, si estamos enseñando a un/a niño/a a sumar y a restar, absurdo es no permitir que se equivoque.
Los niños y las niñas necesitan normas. El mundo de los y las infantes es algo así como el espacio pero sin planetas, ni galaxias, ni estrellas. Está “oscuro y casi vacío”, y no pueden ver dónde está el arriba, dónde el abajo; dónde se encuentra la derecha y dónde la izquierda; qué deben hacer, y si lo que hacen está bien o mal…
Es por ello que necesitan normas que les ayuden a organizar su mundo, “su espacio”, para poder moverse con seguridad. Pero no todo se basa en normas. También precisan de afecto; saber que hay alguien ahí que les quiere, que les cuida, que les protege. Podría decirse que en un/a infante, amor es igual a normas más ternura y protección.
Sin caprichos: Hay que hacer notar que esta mujer parece no comprender que existe una gran diferencia entre “educar con caprichos” y “educar caprichosamente”. Toda persona de vez en cuando tiene caprichos, deseos. Si usted no tuviese el capricho de disponer de internet o de obtener algo de información acerca de los temas de educación, no estaría leyendo esta entrada en este momento. Lo mismo ocurre entre los/as niños/as: hay veces que tienen deseos.
La cuestión está en mantener un equilibrio entre qué se le puede ofrecer y qué no (y hacérselo entender. No vale un “porque lo digo yo”), y en no llegar hasta el punto de que lo consiga todo y sin ningún esfuerzo. Comprar un regalo alguna vez es otorgar algún capricho; ofrecer todo cuanto el niño o la niña quiera, es educar caprichosamente (lo cual llevará a esta persona a sentir grandes frustraciones cuando en un futuro se dé cuenta de que no todo puede conseguirse, y mucho menos fácilmente; por lo que se corren riesgos de que desarrolle actitudes de agresividad cada vez que desee algo).
Educar sin amigos: Algunos estudios y casos de “homeschooling”, en los cuales los padres y las madres no permitieron a los/as hijos/as relacionarse con amigos/as, arrojan muestras de que pueden llegar a sociabilizarse. No obstante, yo soy partidario de que tener amigos/as permite adquirir más puntos de vista aparte del de los padres y las madres, y ayuda a la independencia. Ahora bien, una cosa es educar con amigos/as… y otra cosa es educarse exclusivamente con los/as amigos/as. Es decir, hay que permitir que tengan los niños y las niñas, amigos y amigas, pero eso no significa que dejen de tener a su padre y a su madre, como sucede hoy en día. No pocas veces he atisbado a niños/as con menos de 10 años jugar en el parque, mientras su padre y su madre permanecen en su casa viendo la televisión. Opino que uno de los grandes problemas educativos reside en que numerosos/as padres/madres tienen a sus hijos/as como quien tiene un coche; quiero decir, que nunca permanecen junto a ellos/as (los hijos y las hijas están todo el día en el parque, en la escuela, con el abuelo y la abuela, en una actividad extraescolar, y no ven ni a su padre ni a su madre en todo el día). Busquemos, pues, un punto equilibrado: independencia pero con ayuda, con guía, con cuidados.
Según comenta Madre de Mellizos en su entrada, Amy Chua “defiende que inculcar el sentido de la competitividad y del éxito contribuye a que el niño madure más rápido. Castigar y humillar”.
En primer lugar, según los estudios, se consiguen mejores resultados en las aulas cuyos/as profesores/as crean un clima de cooperación, que en ambientes de competitividad.
Yo opino que debe existir la competitividad, pero con uno/a mismo/a. Aprender cuáles son las posibilidades y las limitaciones, y superar ambas partes, mejorándose tanto en habilidades físicas y mentales, como moralmente, a fin de llegar a ser no sólo una persona con mejores rendimientos, sino que también un mejor ser humano.
En cuanto a los castigos (haré caso omiso a lo de “humillar”, pues no tiene sentido alguno y creo que, sin necesidad de explicarlo, queda claro que es algo absurdo), he de precisar que los castigos son necesarios (pero teniendo en cuenta qué tipo de castigo se aplica, y que el grado y la duración vayan acorde con el daño causado). A mí me gusta más hablar de consecuencias lógicas, en vez de castigos. Por qué no sé qué sentido tiene castigar sin televisión a un/a niño/a que pegó a otro/a en el parque. Lo normal es que vaya asociada la acción a una consecuencia que tenga que ver con lo que se ha hecho. Sin embargo, tengo que matizar que los seres humanos tenemos la especial habilidad de fijarnos por lo general en todo aquello que es malo. Lo bueno no lo tenemos en cuenta. Y debería ser al contrario, pues es mucho más eficaz fortalecer las acciones buenas de los niños y las niñas fijándonos en qué hacen bien (por insignificante que nos parezca el acto realizado), y reforzándoles de vez en cuando con premios, que si solamente nos fijamos en lo malo y les castigamos, pues les inculcamos la idea de que siempre son torpes, que nada pueden, son malas personas, y actúan constantemente presionados, llevándoles, como indican los informes chinos, al odio y el suicidio. Y, sobretodo, soy partidario de que los premios obtenidos sean intrínsecos, más que provenientes del exterior. Es decir, que el premio consista en la satisfacción que se tiene al hacer las cosas bien, en lugar de hacer cosas buenas solamente porque así me van a dar un premio.
En conclusión: la educación debe ser un proceso de ayuda, que compagine autoridad con amor; independencia pero con ayuda; y normas con libertad.
Hay que conseguir realizar el ejemplo que me mostró un profesor cuando le pedí que me resumiese en pocas palabras en qué consistía la educación: me pidió que le diese la mano y me colocase de cuclillas. Después me dijo que caminase de cuclillas sin soltarle la mano, y que, a medida que avanzábamos juntos, fuese irguiéndome lentamente. Cuando me coloqué totalmente de pie, me soltó la mano y me pidió que avanzase unos pasos. Por último me dijo: “En eso consiste la educación”. Y, sin mediar más palabra, se marchó.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y es cierto: con un simple gesto me dijo más de lo que podía haberme comentado en una hora y media de clase.
Con ese simple gesto, forjé mi propia definición de educación: Educar es un proceso por el cual una persona adulta y madura ayuda a otro ser pequeño e inmaduro a crecer, para sacar lo mejor que hay en él, y para formarle como un ser humano hábil (tanto física como intelectualmente), moral, maduro, libre e independiente.
¡Me encanta!
Fuentes:
Diccionario de la R.A.E.
http://madredemellizos.blogspot.com/
http://blogs.elpais.com/mamas-papas/2011/01/si-dejas-a-tu-hijo-hacer-una-de-las-siguientes-diez-cosas-definitivamente-no-eres-una-madre-china-dormir-fuera-de-casa-.html
Otras fuentes en las que se habla sobre este tema:
http://diario.latercera.com/2011/01/22/01/contenido/tendencias/26-56813-9-la-lucha-por-hijos-exitosos-de-una-madre-tigre.shtml
http://www.bebesymas.com/educacion-infantil/por-que-no-me-gusta-el-metodo-de-crianza-de-amy-chua
http://criandoamando.blogspot.com/2011/01/himno-de-batalla-de-la-madre-tigre.html
Fuentes:
Diccionario de la R.A.E.
http://madredemellizos.blogspot.com/
http://blogs.elpais.com/mamas-papas/2011/01/si-dejas-a-tu-hijo-hacer-una-de-las-siguientes-diez-cosas-definitivamente-no-eres-una-madre-china-dormir-fuera-de-casa-.html
Otras fuentes en las que se habla sobre este tema:
http://diario.latercera.com/2011/01/22/01/contenido/tendencias/26-56813-9-la-lucha-por-hijos-exitosos-de-una-madre-tigre.shtml
http://www.bebesymas.com/educacion-infantil/por-que-no-me-gusta-el-metodo-de-crianza-de-amy-chua
http://criandoamando.blogspot.com/2011/01/himno-de-batalla-de-la-madre-tigre.html